domingo, 26 de marzo de 2017

LA TRADICIÓN ORAL Y EL MAL DE SAMBITO SE IMPONEN A LA FRÍA TARDE DE BISCARRUÉS CON SU RUMBA Y SUS ROMANCES

Tumbaíto, el primer cantaor que canta en chino, regaló una hora de actuación a esta despedida del invierno en Cosecha de invierno.

Cosecha preparó en Biscarrués una fiesta para dar la bienvenida a la primavera, pero el invierno no quería irse. Las inclemencias del tiempo tuvieron su efecto en el desarrollo de la programación que la Comarca Hoya de Huesca había preparado para la tarde del sábado al impedir encender la hoguera, dificultar la llegada de alguna de las participantes en la jornada de oralidad y en la merma de público que se dio cita ante la desapacible jornada.

Estos inconvenientes no impidieron, sin embargo, disfrutar de una entrañable jornada en la que la asistencia fue considerable. Aunque una de las narradoras de romances de la Hoya, ante los problemas carreteros para salir de su casa que amaneció rodeada de nieve, el resto de las participantes provenientes de Almudévar, Santa Eulalia de Gállego y Huesca dieron una lección de memoria y sensibilidad al narrar, desde su natural condición de informadoras privilegiadas, una cadena de poesías, romances y canciones tradicionales que lograron abarrotar las cocinas de Casa Fusilero y Casa Civil y el patio de Casa Carmelo en Biscarrués. Hasta cincuenta personas llegaron a abarrotar los espacios que amablemente cedieron los vecinos de la localidad en los que, además, se añadían aportaciones de los asistentes. Vecinas de Biscarrués, otro pueblo lleno de tesoros en el ámbito del patrimonio inmaterial, añadían trabalenguas, adivinanzas picantonas o dichos y oraciones que hoy prácticamente están en desuso. Pilar Monzón, Rosa Arbués, Carmen Miró y Sandra Araguás fueron acogidas como estrellas y recibieron el cariñoso reconocimiento de los asistentes. Algunas de ellas se quedaron hasta la fiesta de la noche.

Era difícil escapar, porque a la salida de la última cita con los romances, la Rumbacalle les estaba esperando en el patio de Casa Civil, donde rondaron a la señora de la casa y a las narradoras, con una cadena de melodías pegadizas y de ritmo contagioso. Entre repostería de la zona y melocotón con vino se inició a las 19:00 horas la ronda rumbera.
Una hora de bailes y cantos a cargo de El Mal de Sambito que, con su estilo gitano, dieron calor a una fría tarde en la Hoya de Huesca. En varios puntos del pueblo les esperaban con viandas, al estilo de las tradicionales rondas aragonesas, ahora reinterpretadas desde el sabor rumbero.

La primera sorpresa de la tarde vino con la actuación que tuvo lugar, en el salón social y fuera de programa, de Tumbaíto (Alejandro Sánchez Bermejo, 1979), el reconocido cantaor que está dando los pasos para lanzar su carrera en el mercado chino, ya que es el primero que ha preparado el flamenco tema Volaré en chino. Presente en varias radios y televisiones, recibiendo clases de dicción y con otros dos temas en chino a punto de meterlos en el horno de grabación, llegó a Biscarrués para ser acompañado por Luis Escudero y los músicos de El Mal de Sambito en una actuación estelar que hizo bailar a todos los presentes. Como no podía ser de otra forma, cerró su actuación interpretando en la variante pequinesa del mandarín un muy aplaudido Volaré.

La concejala de Biscarrués, Lola Giménez, y la consejera comarcal de Cultura, Beatriz Calvo, fueron las encargadas de presentar el acto y de introducir la actuación de Tumbaíto y El Mal de Sambito. Tras esta magnífica e inesperada sorpresa, que vino acompañada también de los bailaores Sergio Carreño y Silvia Viver, que durante esta primera sesión y a lo largo de toda la jornada, lograron mantener activos a todos los asistentes, se hizo una pausa para cenar a base de embutidos y panceta, por cortesía 
del Ayuntamiento de Biscarrués y de las voluntarias de la localidad.

Finalmente, ya cerca de las 22:00 horas arrancaba la esperada actuación de la formación oscense El Mal de Sambito en su formación clásica, con las voces de Luis Escudero y Pitrón, el bajo de Tahití, la percusión de Willy y el teclado de Nano. Toda su actuación fue una demostración de cómo se contagia la alegría y las ganas de bailar, al hacer repaso del más afamado repertorio de la rumba o de versiones rumbeadas de las más conocidas melodías del pop español. Como ya estaba anunciado, el momento más simpático de la noche fue cuando el grupo de vecinas y vecinos de Biscarrués que habían trabajado en las semanas anteriores con músicos de El Mal de Sambito interpretaron en el escenario ¡Ay, pena, penita, pena! y el No dudaría de Antonio Flores.


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