Ciento setenta personas llenaron la parroquial de Banastás en la sesión dominical de la muestra de artes, mientras la lluvia deslució la Fiesta de Despedida del Invierno el sábado en Almudévar
Quimera Brass en la Iglesia de Banastás |
Con la actuación de esta
formación, surgida en el seno del Conservatorio Profesional de Música de Huesca
en 2015, se ponía punto final a Cosecha de invierno dejando un muy alto nivel
artístico como referencia para próximas ediciones. Sus cinco componentes, Pablo
López, Hugo Portas, Jorge Layana, Miguel Ángel Gracia y Javier Gonzalo,
hicieron una propuesta en la que combinaron calidad interpretativa con una
selección de obras señeras y populares. Su actuación arrancó con la sorpresa de
interpretar las primeras piezas renacentistas y de Haendel desde el coro. El
aprovechamiento de la sonoridad también les sirvió para contextualizar las
obras, inicialmente concebidas para ser interpretadas desde este espacio dentro
de la arquitectura religiosa. A continuación y ya situados en el presbiterio,
las piezas que fueron desgranando estuvieron marcadas por su popularidad, desde
Bizet o Brahms a Glenn Miller y Gardel hasta llegar a la música dixie.
El espectáculo, sin perder nunca
la elegancia y pulcritud musical, fue paulatinamente desmelenándose y
adquiriendo un tono festivo que concluyó, como ejemplo de esta evolución, con
la música de funeral que el sonido Nueva Orleans transforma en una celebración
en la que tienen cabida incluso las improvisaciones de aire jazzístico de cada
uno de los instrumentos.
La lluvia, sin embargo, había
deslucido la Fiesta de Despedida del Invierno programada para el sábado en
Almudévar. Los cambios de ubicación de la obra de teatro hasta el Centro
Cultural y el concierto de Los Pipelines al Salón Multiusos, sin duda,
influyeron en una menor afluencia de público. No obstante, la segunda representación
de Mucho ruido y pocas nueces sound party, a cargo de las compañías Lagarto
Lagarto, Tornabís y Esencia Producciones, fue brillante dando cuenta de su
capacidad, no solo de adaptación, sino de su versatilidad para atrapar al
público en una comedia shakespeariana que está trufada de divertidos gags y
recursos musicales con la voz de Kike Lera.
Las escenas se derraman sobre el
patio de butacas y el público entra en el escenario para tomar papeles en la
obra, como le sucedió incluso al alcalde de la localidad que por unos instantes
acabó convertido en sacerdote dispuesto a oficiar una boda.
Tras el teatro, esperaban las
migas que ofrecía el Ayuntamiento de Almudévar y que fueron el anticipo del
concierto magistral que dieron Los Pipelines. La banda aragonesa de surf rock,
que preparada su nuevo disco en vinilo para próximas fechas, repasó un buen
número de composiciones propias, pero también algunos de los grandes lemas y
banderas de este estilo musical que, con ritmos trepidantes, invita a bailar.
Los Pipelines en el Centro Multiusos de Almudévar |
La consejera de Cultura, Beatriz
Calvo, que estuvo presente en ambas jornadas e introdujo los espectáculos
mostró su satisfacción por la excelente acogida de público que ha tenido esta
edición, reiteró el apoyo que se presta y debe seguir prestando a los artistas
aragoneses y, en especial, a los de la Hoya porque es un sector clave en
nuestro crecimiento cultural y desarrollo económico y, finalmente, agradeció la
exquisita acogida dada en todos los pueblos visitados y la colaboración
prestada en todos los ayuntamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar!
Recuerda respetar las normas básicas de convivencia, evita utilizar un lenguaje ofensivo y cuida la ortografía.